Hola hola seguidores del blog!
Mi primera historia es algo que hize para la escuela, para una maraton de lectura. La guarde, y decidi compartirla en mi blog como "la primer historia que escribi en mi soledad". Espero que les guste. Es algo larga, pero bueno. No se preocupen. Hare historias mas cortas mas adelante.
Esta historia esta basada, parte en una pelicula, y parte en mi vida. Es una combinacion de hechos de mi vida cotidiana, hechos de una pelicula, un poco de imaginación y un toque de la realidad.
Disfrutenla :3
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MAS QUE AMIGO, UN PADRE.
Fernando Caceres
era un chico de 16 años. Vivia en un barrio precario de la localidad bonaerense
de Quilmes. Se caracterizaba por tener ojos marrones, pelo castaño, una
cicatriz en el cachete – huella de alguna pelea callejera, quizá – y pocos
amigos. Sufria de diabetes, y constantes peleas con aquellos que se
consideraban superiores. En pocas palabras, bullying.
Empezaba la
rutina diaria. Llegar a la escuela, ver a sus “enemigos” y aguantar sus
insultos hasta entrar al curso. Para su suerte, esto no afectaba mucho sus
notas escolares, que eran muy buenas hasta entonces. Tenia pocos amigos en el
curso. Tomas y Andrea eran dos de sus mejores amigos. La mayor parte del tiempo
la pasaba con ellos, ya que eran los unicos que lo entendian. Los demas solo
eran “unas personas mas en el curso”.
Recreos, en
el comedor, horas libres, todos eran momentos en los cuales le era dificil
convivir con los demas. Insultos, patadas, empujones, cosas que lo afligian y
lo deprimian. Pero despues de todo, se las “rebuscaba” para sonreir, a su
manera.
Un dia
cualquiera, salia de la escuela con Andrea. Ella lo notó raro. Y tenia motivos
para estarlo. Su vida ya era un desastre. El bullying lo tenia totalmente
depresivo. Habia bajado mucho en las notas escolares. Acompaño a Andrea a su
casa, la abrazó y lloró. Ella le prometió que todo iba a estar bien, que se
despreocupe, que ya vendran tiempos mejores, y que sonria. Porque la vida es
una sola, y tiene que disfrutarla a pesar de todo. Con estas palabras, Fernando
se tranquilizó un poco, se despidio y se fue a su casa.
De camino a
su casa, se encontro con un grupo de pandilleros. Estos, al verlo tan “estupido”,
lo agarraron y empezaron a golpearlo y empujarlo, y le quitaron sus
pertenencias. En eso, un hombre en una camioneta llega a la escena.
Los
pandilleros notaron la presencia del hombre, que se habia bajado de la
camioneta. Y uno de ellos dijo: - Tomatelas de aca viejito, ¿o querés cobrar
vos tambien?.
El hombre,
algo arrugado y canoso, no pasaba de los 60 años. Este le respondió:
- Soltá a
ese chico, Marito.
Por lo visto
el hombre conocia a los pandilleros.Entonces otro de ellos dijo:
- No jodas.
Raja de aca viejo infeliz.
- Chano,
dejate de joder. Dejen a ese chico carajo.
Uno de ellos
salió y lo enfrentó.
- ¿Y si no
quiero?.
El hombre,
sin decir una palabra y mirando de pies a cabeza al pandillero, que era un
tanto mas alto que él, dio la vuelta y se subio a la camioneta. El pandillero
volvió con los otros y golpéo muy fuerte a Fernando. El hombre se volvió a
bajar de su vehiculo, y volvio donde estaban los pandilleros. Chano volvio a
decirle que se vaya. Pero esta vez, el hombre asomó una escopeta y le apuntó a
uno de ellos.
- ¿Me vas a
matar?. Matame carajo, y vas a pasar el resto de tu vida preso.
- Suelten a
ese chico.
- No
queremos. Raja de aca viejo apestoso.
El hombre,
con los nervios de punta, tiro un tiro para asustarlos. Lo hizo a pocos centimetros
del pie de uno de ellos.
- ¡Vayanse
de aca carajo!
- ¡Esta
bien, esta bien! – Dijo chano, y pasando por al lado de él, agregó:
- Nos
volveremos a encontrar pronto, anciano – Y se rió, yendo con los demas.
- ¿Esto te
pasa muy seguido? – Le preguntó a Fernando mientras lo ayudaba a levantarse.
- La verdad
es que casi siempre me pasa.
- Son
pandilleros del barrio sur. Siempre andan por estos lugares, cometiendo algun
robo o alguna estupidez asi. ¿Te duele algo?.
- Estoy
bien, estoy bien.
- Veni,
vamos que te llevo a tu casa. – Dijo el hombre, subiendo a la camioneta. –
¿Dónde vivís?
- En Juan de
Garay al 400, a unas 20 cuadras de aca.
- Bueno,
vamos.
Ambos
subieron a la camioneta y viajaron. En el trayecto, siguieron conversando. No
hablaremos mucho de este hombre. Solo diremos que se llama Victor Montiel,
tiene 56 años y que habia estado en el ejercito. Vivia solo. Y sus dos hijos,
que le prestaban mas atención a los bienes materiales que a su salud, venian a
visitarlo solo un par de veces al mes. Él ya habia empezado a odiarlos, al
punto de que ya le daba igual si los veia o no. Bueno, dejemos de introducirnos
demasiado en la vida de este sujeto y sigamos relatando.
Fernando le
conto los problemas de su vida, que se sentia ignorado, rechazado, solo. Victor
lo escuchaba sin decir una palabra, o haciendo una acotación de vez en cuando. En
eso, llegaron a la casa. Entonces pidio hablar con el padre del chico.
- Necesito
hablar con tu padre. Llamalo.
- Papá se
fue y nos abandonó a mamá y a mi cuando yo tenia 10 años. Se fue con otra
mujer. – Dijo el chico, con lagrimas en los ojos. - Desde entonces mi mamá y yo rehacemos nuestra
vida a nuestra manera.
- Perro
desgraciado – Dijo el hombre canoso. – ¿Y tu madre?.
- Mamá esta
trabajando. Estamos algo atrasados con el pago del alquiler de la casa.
- Bueno,
cuando tenga oportunidad, voy a hablar con ella. Por ahora te dejo mi direccion
para que me visites cuando quieras. Te voy a dar para que hagas algunas tareas
domesticas y te voy a pagar, para que ganes algo de dinero.
Fernando
recibió una tarjetita donde Victor habia anotado su direccion y su numero de
telefono, junto con su nombre.
- Gracias,
señor Montiel. – Dijo. Y se bajo de la camioneta.
- Hasta
luego Fernando. – Exclamó él.
Al poco
tiempo, Fernando se presentó en la casa del hombre. Era una casa vieja, algo
despintada, y necesitaba algo de limpieza. Victor lo hizo hacer algunas tareas
domesticas a cambio de dinero. Fernando empezó a ir mas seguido. Se sentia muy
a gusto con él, tanto como si fuera su padre. Él lo aconsejaba, le enseñaba el
valor de la vida, lo entrenaba para futuros percances, cosas que el padre no le
enseño.
Un dia como
cualquiera, fue a visitarlo. Hizo algunas tareas, y en eso, Victor fue hasta el
viejo garage de la casa, y llamó a Fernando.
- Veni, te
voy a mostrar algo que te va a interesar.
Entonces,
abrio las viejas puertas de madera. Y fernando se sorprendió.
Tenia ante
sus ojos un Dodge Challenger, uno de los autos con los que habia soñado toda su
vida.
- Le hace
falta un par de arreglos en el tablero – Dijo Victor.
- Es hermoso
- Dijo Fernando, con la ilusion de
aprender a manejar y manejarlo alguna vez.
Pasaban los
dias y las rivalidades continuaban. Muchas personas a las cuales consideraba
“amigos” se le pusieron en contra. Mucha gente lo ignoraba. Se sentia afligido
y preocupado. Los unicos momentos realmente felices los pasaba junto a Victor.
Se sentia solo. Parte de su tiempo lo pasaba en internet, donde tenia muchos
amigos, los cuales le alegraban el dia y lo ayudaban demasiado con sus
problemas, aunque estaban lejos. Uno de sus mejores amigos se llamaba Jose
Ruiz, de Uruguay. Era una de las mejores personas que habia conocido por
internet, uno de sus mejores consejeros y una de las personas que mas lo
ayudaba en momentos tristes. Otra de sus mejores amigas se llamaba Estefanía.
Tambien lo ayudaba mucho y lo aconsejaba sobre la realidad. Ella era de otro
curso. Se asimilaba mucho a el desde ese sentido ya que ambos tenian varias
cosas en comun. Otro de sus amigos, Cristian, tambien le levantaba el animo en
muchas circunstancias. Pero, por otra parte, tenia pocas personas cercanas a
las cuales las llamaba “amigos”. Es por eso que pasaba mucho tiempo en
internet. Porque a traves de ella habia
conocido a muchas personas a las cuales queria y apreciaba como hermanos, por
mas lejos que esteen.
Un dia,
navegando por internet, en Facebook, conoció a una chica (por casualidad, asi
como conocio a los demas). Su nombre era Gineska Martinez. Al principio todo
empezó como una simple amistad. Luego la amistad prosperó y terminaron
enamorandose. Pero el problema es que ella era de Perú. De todas formas, se las
arreglaban para seguir estando juntos.
Ella lo
hacia muy feliz desde todo sentido. La felicidad que no encontraba alrededor,
la encontraba con ella. Era otro motivo mas para vivir y salir adelante. Si, el
que diga que el amor y la amistad a la distancia no existen, esta totalmente
equivocado. Pero dejaremos de hablar sobre ese tema, ya que es para otra
ocasión, y continuaremos con el relato.
Los dias
pasaban. La vida continuaba sin cambios. Se acercaban los 17 años, y lo unico
que lo mantenia con vida eran sus amigos, su novia y el cuidado y ayuda que
Victor le brindaba, y el de su madre, a corta escala.
Victor le
habia conseguido trabajo en una empresa de construcción. Un dia que volvia del
trabajo, se encontró con los mismos pandilleros, en un callejon. Estos lo
agarraron y lo golpearon hasta medio matarlo, y le robaron parte de sus
pertenencias y el dinero ganado.
- A ver si
tu abuelito esta aca para defenderte, maricón. – Dijo Chano mientras se iba con
los demas.
Fernando se
levantó como pudo, y fue a la casa de Victor, y rompió en llanto, abrazándolo.
Le contó lo sucedido. Entonces Victor, que habia estado en el ejercito, era un
hombre fuerte y corajudo, a pesar de la edad que no lo acompañaba. Y propuso
que iria él mismo a hablar y tratar con los pandilleros. Por supuesto, era un
suicidio. Fernando se lo prohibió. Pero nada hizo cambiarlo de opinión.
Entonces insistió a ir con él, pero tampoco aceptó el trato. Le pidió de nuevo
que no vaya, y él, suspirando, dijo que no iria por el momento. Pero que no le
prometia nada. Fernando, contento por su logro, lo abrazó, y volvió a su casa.
Al poco
tiempo, tuvo la oportunidad de visitar a su novia, Gineska. Tenia el dinero
reunido y la gran oportunidad de su vida, de conocer a la persona que amaba, y
de tratar de proponer un futuro con ella.
Y asi lo
hizo.
Dos meses
despues, viajó. La conoció y aprovechó el tiempo con ella lo máximo posible. Porque
es lo que debemos hacer todos, ¿no?. Disfrutar cada momento a pleno con la
persona que amamos. Pero no nos profundizaremos en el viaje, ya que no es tan
interesante, y seguiremos la historia como debe ser contada.
Luego del
transcurso de un mes, Fernando volvió a su casa, y continuó su vida como
siempre. Pero con el hermoso recuerdo de haber conocido a la persona que amaba.
Al poco
tiempo, volvió a encontrarse con los pandilleros, quienes lo golpearon de
nuevo. Fernando, indignado, llegó a casa de Victor y le contó lo que habia
sucedido. Entonces Victor se puso firme y dijo que iria a tratar con los
pandilleros.
- Esta vez
no se te ocurra detenerme. – Dijo él.
El chico se
opuso rotundamente, como en la primera vez. Le pidió que no fuera, pero Victor
no le hizo caso. Le dijo que se quedara en su casa, que cuide de la misma, y de
su perro Chicho, que él volvería.
-
¡Prometelo! – Dijo Fernando, llorando.
El hombre
hizo unos gestos con la cabeza, expresando confusión, y lo ignoró. Agarró una
pistola que sacó de un baul verde, y antes de irse, dijo:
- Si no
llego a volver, nunca te olvides de mi.
Fernando lo
abrazo, como si no hubiera un mañana. Y Victor se fue. Eran ya como las 8 de la
noche. Ya estaba oscuro.
Entonces
Fernando aprovechó la ocasión y decidió seguirlo.
Antes de
llegar a la casa donde los pandilleros se encontraban de joda, Victor tiró la
pistola hacia unos arbustos. Su intención era ir desarmado. Para quedar libre
de culpa por si alguien salia herido. Llego a la casa, y Fernando se escondio detrás
de unas tarimbas apiladas que se encontraban a unos metros del lugar.
- ¡Salí de
ahí, Chano! – Gritó el anciano.
Como nadie
respondió, lo intentó una vez mas.
- ¡Salgan de
ahí, cobardes!.
Entonces
salio Chano, junto con Marito y un par mas. Chano se adelantó un poco.
- ¡Tenes que
tener los huevos bien puestos para venir hasta aca, viejito!.
Como la casa
se encontraba mas al fondo, y estaban lejos unos del otro, gritaban para
hablarse. Y la ira aumentaba el volumen y la furia con la que los gritos eran
pronunciados.
- Vine aca
para ajustar cuentas Chano. ¡Es tiempo que dejes de comportarte como basura!
- ¡Rajá de
aca, viejo infeliz! – Gritó, y sacó una pistola.
- ¿Me vas a
matar?. Dale matame carajo. ¡Si decis que soy un viejo, matame!.
Los vecinos
comenzaron a salir afuera, alertados por los gritos. La discusion continuó un
par de minutos mas.
- ¡Dale
matame, sin vergüenza!. No tenes vergüenza para nada. No tenes mente. Lo unico
que te importa es robar, golpear a otros, matar y drogarte como lo hijo de mil…
Y entonces,
se escucharon 3 disparos.
El arma de
Chano habia hablado.
El cuerpo de
Victor cayó, en la fria y humeda calle, salpicado de sangre…
Fernando,
impactado por lo que acababa de ocurrir, salió de su escondite. Corrió a
socorrerlo. Llorando como si se viniera el mundo abajo. Llegó, lo vio en el
piso, lleno de sangre.
En ese
momento deseó morir él tambien.
Lo abrazó y
lloró desconsoladamente. Sabia que en el fondo habia muerto una parte de él.
Esa parte ya no estaba, se habia ido. Una de las personas que hizo feliz de su
vida, ya no estaba…
Una de las
personas que mas le importaba, habia dejado de existir.
Los
vecinos que estaban presentes estuvieron de testigos, y con esto, lograron que
Chano y su pandilla fueran a prisión por cadena perpetua, por homicidio y por
cometer otros delitos que no habian sido registrados con anterioridad.
Los pocos
amigos que tenia, acompañaron a Fernando al velorio. Su amigo Jose viajo desde
Uruguay, solo para visitarlo y acompañarlo en ese tiempo hasta que pueda
superar esa pérdida. Andrea, Tomas, Cristian y Estefania tambien estuvieron
ahí, levantandole el animo como solían hacerlo siempre, y aconsejandolo. Su
novia Gineska tambien lo ayudo mucho a superar su tristeza en esos momentos
dificiles.
El dia de la
entrega de bienes y lectura del testamento, estaban presentes el cura de la
iglesia local, los hijos de victor (de 27 y 29 años. No, no eran chicos), su ex
mujer y alguna que otra persona interesada en el tema. Y por supuesto,
Fernando. Quien estaba ahí debido a que Victor le dijo que se presentara el dia
en el que iba a ser leido el testamento, que tenía algo para él.
El encargado
preparó el testamento para ser leido. Todos estaban ansiosos e inquietos.
Especialmente la ex mujer de Victor y sus hijos, si se les puede llamar asi. La
mujer hacia planes y le preguntaba a sus hijos que harian con su dinero y en
que lo invertirian. Tambien hablaban del Dodge…
El Dodge que
Fernando amaba, en el cual aprendió a conducir.
Fernando se
sentia preocupado, ya que no sabia lo que le esperaba.
Entonces, el
encargado comenzó la lectura. No recuerdo bien como decia, pero el testamento
rezaba de esta forma:
Estimados lectores:
Voy a ser
breve. Ya que esto es un testamento, no una carta de suicidio.
Por empezar, la
casa. Mi vieja casa la voy a donar a la iglesia, para que la vendan e inviertan
el dinero de la misma para remodelar el edificio parroquial. Me ayudaron mucho
a lo largo de mi vida y es lo menos que se merecen.
Mi jubilacion. Logré
que la derivaran para el hospital zonal. A partir de ahora el hospital se hace
cargo de cobrar la misma para su beneficio. Tambien se la dejo a ellos porque
hicieron mucho por mi.
Y por ultimo, el
Dodge…
A esta
altura, la ex mujer y sus hijos estaban preocupados. Y como el Dodge era el
único bien que estaba en desición, creyeron que el mismo estaba destinado a
ellos. El encargado prosiguió con la lectura.
- Preparate.
Vas a tener un lindo auto. – Le dijo la madre a uno de sus hijos.
El testamento
siguió de esta forma:
Por último, el Dodge se lo dejo a mi hijo Fernando
Caceres. Porque se lo merece como la buena persona que fue conmigo. Llegué a
amarlo como a un hijo. Por eso esto es lo menos que puedo hacer por él.
Fernando, tambien te dejo a Chicho. Cuidalo mucho,
asi como también vas a cuidar el Dodge. Disfrutalo. Te lo ganaste.
Sin mas nada que decir, me despido de todos y
gracias por nada. Cuando lean esto, ya voy a estar en un lugar mejor, o muerto.
Victor Luis Montiel
Fernando continuó su vida. Pasaron los años. Pasaron los
problemas. Se dedicó a estudiar. Fue a la universidad y se recibió de
psicologo, una de sus profesiones favoritas. Logró juntarse con su novia y
formar una familia…
Vivía una vida a pleno. Pero nunca dejando de lado a su
amigo, esa persona que en algun momento se hizo llamar “padre”, esa persona que
dio su vida para terminar con sus problemas…
Ese heroe…
La enseñanza en esta historia se demuestra de dos formas. Por un lado, Victor demostró su valor dando su vida para terminar con los problemas de la vida de Fernando. Fernando le demostro el valor de un hijo, y tambien enseña la importancia de sonreir aun cuando todo parece perdido.
Brian Tomas Villalba