miércoles, 2 de octubre de 2013

2° historia: "El dolor de una traición".

Buenas buenas gente del rincón!
Bueno, hoy termine de escribir la historia que habia prometido. Iba a dejarla para el viernes, pero no me resisti a publicarla hoy mismo. Asi que, bueno. A continuación se las dejo para que la lean. Espero que les guste :3

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EL DOLOR DE UNA TRAICIÓN

Enrique, de 18 años, y Reisheld, de 17, eran novios desde hace ya unos 6 meses. Los ultimos 5 meses se sentian felices, unicos, nada intervenia en el amor que se tenian.
Pero en el ultimo mes, ella cambio mucho.
Resulta que ambos eran de Rosario. Los dos se amaban mucho. Pero surgió un problema. Ella tuvo que irse a vivir a Santa Fe. Esto la alejó mucho de él. Y por lo tanto, implicaba estar a 130 KM de distancia. Al principio, esto no afectó en la relacion, que era muy solida. Pero todo empezó a cambiar cuando ella se hizo amiga de un chico de su misma ciudad. Ese chico se llamaba Julian, y tenia 17 años. Era muy apuesto y era un chico de gente adinerada. Se hizo amiga de Reisheld, y a partir de eso, todo cambió.
Ella empezó a estar mas distante. Le daba menos atencion y le hablaba poco a su novio. Enrique, por su parte, se preocupaba mucho. Y se sentia triste. Debido a que ella lo ignoraba a veces. Enrique la visitaba en Rosario un par de veces al mes. Tenia un auto, en el que iba a visitarla periodicamente.
Él empezó a notar que su novia ya no era la de antes. Habia cambiado demasiado. El le brindaba todo el amor que podia, intentaba hacerla feliz de mil maneras, hacia lo posible para verla sonreir. Ella sonreia de vez en cuando, pero estaba como "alejada" de el. Enrique intentó averiguar que le ocurria, cual era el motivo por el que ella estaba asi. Pero no obtuvo una respuesta satisfactoria. De todas formas, el continuaba demostrandole que la amaba con la vida, como siempre lo habia hecho, aunque ella mostraba poco interes.
Por otro lado, Reisheld pasaba mas tiempo con su nuevo amigo, Julian. Lo cual preocupaba aun mas a Enrique. Pero no se daba por vencido. Ignoraba esto y seguia adelante.
Besos con pocas ganas, menos caricias, mas alejados, mas distantes. Ella se alejaba poco a poco de él. Pero Enrique la amaba demasiado como para dejarla ir.
Un dia de enero, él decidio visitarla de sorpresa, llevándole un par de regalos y un ramo de flores. Era una tarde lluviosa y gris. Pero no se dejo ganar por el clima, y emprendió el viaje, en su auto.
Llegó a casa de ella. Lloviznaba. La casa de Reisheld quedaba en un pasillo hacia adentro, entre dos edificios. Lo cual obligaba a Enrique a caminar hasta adentro y mojarse en el trayecto. Pero esto no lo preocupo. Se bajó del auto y corrió por el pasillo.
Pero, unos metros antes de llegar a la casa, se detuvo completamente.
Sus ojos no podian creer lo que estaban viendo. No querían creer.

Reisheld estaba besando a Julian, su "mejor amigo".

En ese momento, Enrique se quedo atónito. Se quedó palido. Queria morirse por lo que estaba viendo. 
Reisheld notó su presencia, y lo miró.
- ¡Enrique!, escúchame. No es lo que parece... Es que...
Él, llevando su dedo hacia sus labios, expresando silencio, se acerco a ella, y con lagrimas en los ojos, le dijo:
- Yo siempre te ame, Reisheld. Te demostre mi amor. Te cuidé lo mas que pude. Hize hasta lo imposible para hacerte feliz. Sacrifiqué muchas cosas por ti. Luché contra todo por ti. Pero bueno, comprendí que no te fue suficiente. Que necesitas a alguien mejor. 
Reisheld lloraba y lo abrazaba. Él prosiguió:
- Perdóname por no ser lo que querias. Te amo. Adios.
El se libró de los brazos de ella, que aun lo abrazaban. Y se fue, con todo el dolor en el alma. Ella lo siguió por todo el pasillo, diciéndole que la perdonara. Pero el no le hizo caso. Llegó al auto, y antes de subir, dijo:
- Nadie nunca te va a amar como yo. Espero que seas feliz con tu nuevo amigo.
Ella rompió en llanto, pidiendole que no se vaya. Él la beso en la frente y le dijo "adios". Subió al auto y se fué. Ella quedo de rodillas en la humeda calle, llorando desconsoladamente.
En el viaje de regreso, Enrique volvia llorando y angustiado. El era una persona sensible. En eso, mientras manejaba, sufrió una descompensación, y se desmayó. El auto se desvió y se salió de la autopista. Cayó hacia un costado y dió un par de vueltas. Una ambulancia - llamada por algún testigo del accidente - llegó al lugar unos minutos despues, y trasladaron a Enrique al hospital mas cercano, en Rosario.
Él terminó con varios huesos rotos, gravemente herido. Quedó internado, conectado a un respirador y a otros aparatos que parecian importantes. Se le notificó a la familia, que vinieron luego a visitarlo. Y a la novia, aunque él no quisiera saber nada de ella.
Reisheld lo visitó al dia siguiente. Pidió estar con el a solas un rato. Entró a la habitacion con lagrimas en los ojos. Se sentia culpable. Lo vió postrado en esa cama, destruido. Fue y lo abrazó, diciendole que lo amaba. Enrique estaba entre-dormido, pero lograba escucharla.
- Perdoname por lo que hize. Te amo. Por favor no te vayas. Por favor. Despierta. Tenemos mucho que vivir juntos. Por favor, ¡despierta! - Le dijo llorando, y abrazandolo.
A los pocos minutos, él abrió los ojos, y la miro. Ella lo miro a los ojos y le dijo una vez mas que la perdonara.
- No tengo nada que perdonarte. Tu tienes que perdonarme a mi por no ser lo que querias en tu vida. Lo unico que hiciste fue demostrarme que no soy importante para ti. No soy importante en tu vida. Y no pude hacerte feliz. No soy un tipo adinerado y apuesto como Julian. No guardo rencor contra ti. Lo lamento mucho. Perdoname por no hacerte feliz. Tal vez necesitabas algo mas que yo. Te amo... - Dijo Enrique, con voz lastimosa. Y cerró los ojos.
- ¡Por favor no te vayas!, por favor. ¡NO! - Exclamó ella, llorando con todo el dolor de su alma.
El electrocardiograma conectado a él, comenzó a emitir el típico pitido continuo que suena cuando el paciente no tiene signos de vida. Y la cinta gráfica, que antes se movia, habia quedado nula, recta.
El "piiiiiiiiiiiiiiiiiii" del aparato, los gritos de Reisheld y los gritos de los doctores tratando de salvar a Enrique, eran lo único que se escuchaba en esa sala. Los gritos se escucharon por todo el hospital.
- Hicimos lo que pudimos. Lo lamento mucho. - Dijo el doctor, con cara triste.

Habia muerto.

Reisheld lloró todo el camino de vuelta a su casa. 
Se sentia muy culpable. Su conciencia la estaba matando. Sabia que por su culpa, habia perdido a la persona que la amaba con la vida, sobre todas las cosas. Habia desaprovechado la oportunidad que la vida le habia dado, y sabia que no habria otra. Por la tentación, LO HABIA PERDIDO TODO.



Al dia siguiente, se suicidó.


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Esta historia nos deja una gran enseñanza. Hay que saber valorar a quienes nos aman, a quienes nos cuidan, a todo lo que la vida nos da. Valorar a todo lo que tenemos. Porque nadie sabe si podremos tener otra cosa igual a la que perdimos. Nadie sabe si hay una segunda oportunidad.
Valoremos lo que tenemos. Nunca se sabe cuando lo podemos perder.


Nadie valora lo que tiene, hasta que esta a punto de perderlo.


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GRACIAS POR LEER. Y ESPERO QUE LA HAYAN DISFRUTADO TANTO COMO YO. BUENAS NOCHES Y HASTA LA PRÓXIMA!

Brian Tomas Villalba


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